viernes, 25 de marzo de 2011

 Otoño
de Octavio Paz



En llamas, en otoños incendiados,
arde a veces mi corazón,
puro y solo. El viento lo despierta,
toca su centro y lo suspende
en luz que sonríe para nadie:
¡cuánta belleza suelta!

Busco unas manos,
una presencia, un cuerpo,
lo que rompe los muros
y hace nacer las formas embriagadas,
un roce, un son, un giro, un ala apenas;
busco dentro mí,
huesos, violines intocados,
vértebras delicadas y sombrías,
labios que sueñan labios,
manos que sueñan pájaros...

Y algo que no se sabe y dice «nunca»
cae del cielo,
de ti, mi Dios y mi adversario.
Frente Al Mar
de Octavio Paz




1

¿La ola no tiene forma?
En un instante se esculpe
y en otro se desmorona
en la que emerge, redonda.
Su movimiento es su forma.

2

Las olas se retiran
¿ancas, espaldas, nucas?
pero vuelven las olas
¿pechos, bocas, espumas?.

3

Muere de sed el mar.
Se retuerce, sin nadie,
en su lecho de rocas.
Muere de sed de aire.
 Escrito con Tinta Verde
de Octavio Paz



La tinta verde crea jardines, selvas, prados,
follajes donde cantan las letras,
palabras que son árboles,
frases que son verdes constelaciones.

Deja que mis palabras, oh blanca, desciendan y te cubran
como una lluvia de hojas a un campo de nieve,
como la yedra a la estatua,
como la tinta a esta página.

Brazos, cintura, cuello, senos,
la frente pura como el mar,
la nuca de bosque en otoño,
los dientes que muerden una brizna de yerba.

Tu cuerpo se constela de signos verdes
como el cuerpo del árbol de renuevos.
No te importe tanta pequeña cicatriz luminosa:
mira al cielo y su verde tatuaje de estrellas.
 Acabar con Todo
de Octavio Paz



Dame, llama invisible, espada fría,
tu persistente cólera,
para acabar con todo,
oh mundo seco,
oh mundo desangrado,
para acabar con todo.

Arde, sombrío, arde sin llamas,
apagado y ardiente,
ceniza y piedra viva,
desierto sin orillas.

Arde en el vasto cielo, laja y nube,
bajo la ciega luz que se desploma
entre estériles peñas.

Arde en la soledad que nos deshace,
tierra de piedra ardiente,
de raíces heladas y sedientas.

Arde, furor oculto,
ceniza que enloquece,
arde invisible, arde
como el mar impotente engendra nubes,
olas como el rencor y espumas pétreas.
Entre mis huesos delirantes, arde;
arde dentro del aire hueco,
horno invisible y puro;
arde como arde el tiempo,
como camina el tiempo entre la muerte,
con sus mismas pisadas y su aliento;
arde como la soledad que te devora,
arde en ti mismo, ardor sin llama,
soledad sin imagen, sed sin labios.
Para acabar con todo,
oh mundo seco,
para acabar con todo.
El Desconocido
de Octavio Paz



La noche nace en espejos de luto.
Sombríos ramos húmedos
ciñen su pecho y su cintura,
su cuerpo azul, infinito y tangible.
No la puebla el silencio: rumores silenciosos,
peces fantasmas, se deslizan, fosforecen, huyen.
La noche es verde, vasta y silenciosa.
La noche es morada y azul.
Es de fuego y es de agua.
La noche es de mármol negro y de humo.
En sus hombros nace un río que se curva,
una silenciosa cascada de plumas negras.

La noche es un beso infinito de las tinieblas infinitas.
Todo se funde en ese beso,
todo arde en esos labios sin límites,
y el nombre y la memoria
son un poco de ceniza y olvido
en esa entraña que sueña.

Noche, dulce fiera,
boca de sueño, ojos de llama fija y ávida,
océano,
extensión infinita y limitada como un cuerpo acariciado a oscuras,
indefensa y voraz como el amor,
detenida al borde del alba como un venado a la orilla del susurro o del miedo,
río de terciopelo y ceguera,
respiración dormida de un corazón inmenso, que perdona:
el desdichado, el hueco,
el que lleva por máscara su rostro,
cruza tus soledades, a solas con su alma.

Tu silencio lo llama,
rozan su piel tus alas negras,
donde late el olvido sin fronteras,
mas él cierra los poros de su alma
al infinito que lo tienta,
ensimismado en su árida pelea.

Nadie lo sigue, nadie lo acompaña.
En su boca elocuente la mentira se anida,
su corazón está poblado de fantasmas
y el vacío hace desiertos los latidos de su pecho.
Dos perros amarillos, hastío y avidez, disputan en su alma.
Su pensamiento recorre siempre las mismas salas deshabitadas,
sin encontrar jamás la forma que agote su impaciencia,
el muro del perdón o de la muerte.
Pero su corazón aún abre las alas
como un águila roja en el desierto.

Suenan las flautas de la noche.
El mundo duerme y canta.
Canta dormido el mar;
ojo que tiembla absorto,
el cielo es un espejo donde el mundo se contempla,
lecho de transparencia para su desnudez.

Él marcha solo, infatigable,
encarcelado en su infinito,
como un solitario pensamiento,
como un fantasma que buscara un cuerpo.
 Dos Cuerpos
de Octavio Paz



Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.

Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.

domingo, 20 de marzo de 2011



                                                                       (1914 - 1998)

Biografia

Octavio Paz Lozano nació en la ciudad de México el 31 de marzo de 1914, en medio de la Revolución Mexicana. Criado en Mixcoac, una población cercana (y que ahora forma parte de la ciudad de México) por su madre, Josefina Lozano, así como por una tía y su abuelo paterno, Ireneo Paz, un soldado retirado de las fuerzas de Porfirio Díaz, intelectual liberal y novelista. Su padre, Octavio Paz Solórzano, trabajó como escribano y abogado para Emiliano Zapata; estuvo involucrado en la reforma agraria que siguió a la Revolución, y colaboró activamente en el movimiento vasconcelista.Todas estas actividades provocaron que el padre se ausentara de casa durante largos periodos. Su educación se inició en los Estados Unidos, donde se había trasladado su familia siendo él un niño. Estudió la preparatoria en el Colegio Francés-Morelos (hoy Centro Universitario México) en la ciudad de México.
Paz tuvo contacto con la literatura desde pequeño gracias a su abuelo, quien estaba familiarizado tanto con la literatura clásica como con el modernismo mexicano. Durante la década de 1920-1930 descubrió a los poetas europeos Gerardo Diego, Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado, que también influyeron en sus escritos más tempranos. Publicó su primer poema ya como adolescente en 1931, con el nombre Mar de día, al cual le añadió un epígrafe del poeta francés Saint-John Perse. Dos años después, a la edad de 19, publicó Luna silvestre, una colección de poemas. Hacia 1937, Paz ya era considerado el poeta más joven y prometedor de la capital mexicana.
En 1937 terminó sus estudios universitarios en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y viajó a Yucatán en busca de trabajo en una escuela cercana a Mérida, Yucatán. Ahí comenzó a trabajar en su poema Entre la piedra y la flor (1941, revisado en 1976), el cual describe la situación cultural y el quebranto de la fe del campesino mexicano como resultado de una sociedad capitalista. Estuvo casado con Elena Garro (entre 1938 y 1959), con quien tuvo una hija: Helena Paz Garro. Luego se unió a Bona Tibertelli de Pisis, con quien convivió hasta 1965. Ese año contrajo matrimonio con Marie-José Tramini, su compañera hasta el final.
En 1937, Paz visitó España durante la Guerra Civil Española, y mostró su solidaridad con los republicanos, cuya ideología política influyó en su obra juvenil, otorgándole una visión preocupada, incluso angustiada, respecto a las condiciones de vida que se daban en su país natal y en España. A su regreso en México, participó como cofundador en una revista literaria llamada Taller en 1938, y escribió en ella hasta 1941. En 1943 recibió la Beca Guggenheim e inició sus estudios en la Universidad de California, Berkeley en los Estados Unidos, y dos años después comenzó a servir como diplomático mexicano, y trabajó en Francia hasta 1962. Durante esa estancia, en 1950, escribió y publicó El laberinto de la soledad, un innovador ensayo antropológico sobre los pensamientos y la identidad mexicanos. En el año de 1968 fungía como embajador en la India, cuando tuvo lugar la masacre de Tlatelolco el 2 de octubre. Renunció como embajador, en señal de protesta contra estos lamentables sucesos, que empañaron la celebración de los Juegos Olímpicos

Premios y Distinciones

  • Recibió el Premio Xavier Villaurrutia en 1957 por su libro El arco y la lira.

  • Ingresó en El Colegio Nacional el 1 de agosto de 1967.

  • Fue miembro de honor de la Academia Mexicana de la Lengua.

  • Fue ganador del Premio Nacional de Literatura en 1977 por el gobierno de México.

  • En 1977 recibió el Premio Jerusalem.

  • En 1981 recibió el Premio Miguel de Cervantes.

  • En 1984 recibió el Premio de la Paz del Comercio Librero Alemán.

  • En 1985 recibió el Premio Internacional Alfonso Reyes.

  • En 1987 recibió el Premio Internacional Menéndez Pelayo.

  • En 1990 recibió el Premio Nobel de Literatura.

  • En 1993 su revista Vuelta obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

  • En 1998 se le otorgó el Premio Nacional de Periodismo de México, en reconocimiento a su trayectoria.

  • Recibió los premios Ollin Yoliztli y T. S. Eliot.
  • Su estilo literario

    Experimentación e inconformismo pueden ser dos de las palabras que mejor definen su labor poética, pero es un poeta difícil de encasillar. Ninguna de las etiquetas adjudicadas por los críticos encaja con su poesía: poeta neomodernista en sus comienzos; más tarde, poeta existencial; y, en ocasiones, poeta con tintes de surrealismo. Ninguna etiqueta le cuadra y ninguna le sobra. En realidad, se trata de un poeta que no echó raíces en ningún movimiento porque siempre estuvo alerta ante los cambios que se iban produciendo en el campo de la poesía y siempre estuvo experimentando, de modo que su poesía, como toda poesía profunda, acabó por convertirse en una manifestación muy personal y original. Además, se trata de un poeta de gran lirismo cuyos versos contienen imágenes de gran belleza. Después de la preocupación social, presente en sus primeros libros, comenzó a tratar temas de raíz existencial, como la soledad y la incomunicación. Una de las obsesiones más frecuentes en sus poemas es el deseo de huir del tiempo, lo que lo llevó a la creación de una poesía espacial cuyos poemas fueron bautizados por el propio autor con el nombre de topoemas (de topos + poema). Esto es lo que significa poesía espacial: poesía opuesta a la típica poesía temporal y discursiva. Se trata de una poesía intelectual y minoritaria, casi metafísica en la que además de signos lingüísticos se incluyen signos visuales. En los topoemas, igual que ocurría en la poesía de los movimientos de vanguardia, se le da importancia al poder sugerente y expresivo de las imágenes plásticas. No cabe duda de que en la última poesía de Octavio Paz hay bastante esoterismo, pero, al margen de ello, toda su poesía anterior destaca por su lirismo y por el sentido de transubstanciación que el autor da a las palabras.

    OBRA POETICA

  • 1938 - 1946 - Puerta condenada

  • 1937 - La rama

  • 1949 - Piedra de sol

  • 1949 - Libertad bajo palabra

  • 1962 - Salamandra

  • 1969 - Ladera este

  • 1972 - Le singe grammairien, traducción francesa de Claude Esteban publicada por el editor Albert Skira en Ginebra (Suiza). La versión en castellano, El mono gramático, se publicó en 1974.

  • 1975 - Pasado en claro

  • 1976 - Vuelta

  • 1987 - Árbol adentro